Por supuesto que el brócoli es conocido internacionalmente por ser la verdura más rechazada por los niños. ¿Cuántas películas y caricaturas de por lo menos hace 20 años no estigmatizaban a esta verdura como la que tenía el peor sabor? Algunas, sin embargo, hablaban de la fuerza que esta verdura proveía al valiente que comiera una porción… y esto no es mito.
La realidad es que el brócoli es una de las verduras más ricas en variedad de nutrientes. Contiene vitamina A, B, K, y C, además de potasio, zinc y fibra. Junto con sus primos cercanos el repollo y la coliflor, al brócoli se le diferencia del resto de las verduras por contener compuestos de azufre, sustancias capaces de fortaleces al cuerpo de una manera increíble: previniendo la artritis.
Un estudio realizado por el periódico “Arthritis and Rheumatism”, según lo informa CNN, en el que se utilizaron ratas, vacas y finalmente humanos, demostró que este compuesto sirve para filtrar sustancias cancerígenas.
Este maravilloso proceso puede explicarse de manera muy sencilla. Los seres vivos necesitamos que dentro de nosotros ocurran diferentes reacciones químicas para que nuestro cuerpo esté saludable, pueda hacer digestión, o pueda oxigenarse correctamente. Para que estas reacciones ocurran muchas veces necesitan de un esfuerzo extra. Este esfuerzo extra lo hacen unas proteínas complejas que se encargan de acelerar este proceso de reacción, el problema es que algunas aceleran reacciones que amenazan nuestra salud. La inflamación de las articulaciones, o bien artritis, también ocurre a través de reacciones químicas. Los compuestos de azufre que el brócoli puede proveer justamente evitan la aceleración, e incluso la ocurrencia, de esta reacción química que ocasiona las inflamaciones, bloqueando a las enzimas encargadas de hacerlo.