No solo hay que tomar en cuenta el tiempo en el que el trabajador se encuentra laborando, sino también su estilo de vida externo a las horas laborales, ya que éste también influye en su bienestar físico y emocional. Según la última Encuesta de Origen y Destino del INEGI, el 58.1% de los viajes para ir al trabajo duran de 30 minutos a dos horas. El traslado, sumado a las jornadas laborales, le restan gran parte del (escaso) tiempo libre disponible al trabajador mexicano. Los mexicanos tienen poco tiempo en el día para actividades personales básicas como dormir, comer, socializar o hacer ejercicio. En México, de las 24 horas del día, en promedio una persona invierte 12.7 horas en ellas, mientras que en Francia tienen hasta 16.4 horas y en Brasil 14.4 horas, puntualiza Mérida.
Una jornada laboral justa no debería ser preocupación para las empresas hasta que una reforma constitucional las obligue a respetarla. Si la cantidad de horas de trabajo afectan a sus colaboradores, deben modificarlos para así evitar daños a la salud y, por ende, a la organización.
Riesgo psicosocial: tendencia en México, nada nuevo en el mundo
En 1984 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó el documento Los Factores Psicosociales en el Trabajo: Reconocimiento y Control¸ en el que señalaba que estos agentes se tenían que atender con la misma importancia que otros aspectos que ponen en riesgo la salud como la iluminación, el ruido o las vibraciones. Por esta misma razón, son las empresas transnacionales las que suelen atender los factores psicosociales en mucho mayor medida que las mexicanas, aunque exista interés de algunas empresas locales por prevenir estos agentes de riesgo.
La Norma 035 pretende disminuir esta brecha de más de 30 años entre México y el mundo. Asimismo, la STPS implementó también el Programa Nacional de Bienestar Emocional y Desarrollo Humano en el Trabajo (PRONABET) el cual busca orientar a las empresas para el cumplimiento de la norma, ya que aún no hay muchas consultoras en el mercado que dominen el tema de factores de riesgo psicosocial.
Hoy en día, se necesita un modelo mexicano de atención a riesgos psicosociales en el trabajo basado en fomentar el bienestar emocional, gestionar los factores psicosociales, eliminar los estigmas hacia los trastornos mentales, promocionar del desarrollo humano y crear buenos ambientes de trabajo.