Mucho se habla de los beneficios que tiene la salud ocupacional para los colaboradores y para las empresas, pero hay un gran factor dentro de este círculo virtuoso que también se debe destacar: toda acción, protocolo o campaña de salud laboral tendrá un impacto positivo en la salud familiar.
De acuerdo con la OMS y la OIT, los problemas de salud en los empleados provoca pérdidas entre 4 y 6% del PIB en la mayoría de los países, además de que la economía familiar se desequilibra y se afectan las relaciones emocionales.
Alrededor del 70% de la plantilla laboral no cuenta con algún seguro que los respalde ante enfermedades o accidentes. A nivel mundial los servicios especializados de salud ocupacional solamente llegan al 15% de los colaboradores.
Ante este panorama es clara la necesidad de reforzar las medidas de salud laboral en las empresas, que además consideren al trabajador y a sus familias como una misma entidad.