Para el inicio de este año, se suma un contexto realmente estresante por una
pandemia que se ha extendido por más de dos años, la
crisis económica, la
inflación, el
desempleo y la
inseguridad.
Todos son factores que se conjugan aumentando las enfermedades mentales. Por eso el
ámbito laboral es un espacio fundamental en el que se deben tomar acciones para contribuir a frenar aspectos como ansiedad y depresión.
Panorama de los trastornos mentales
La OMS estima que para el año
2030 el principal motivo de muerte en el mundo serán los trastornos mentales, además un estudio de la Organización Panamericana de la Salud detectó altas tasas de ansiedad, depresión y estrés postraumático.
La Covid-19 provoca temor a ser contagiado, a que los familiares enfermen, a perder el trabajo, a la muerte, a regresar a entornos de trabajo inseguros, etc. En México, por lo menos
un tercio de la población padece síntomas de estrés postraumático y en Estados Unidos las tasas de ansiedad y depresión alcanzaron hasta el
37% y el
30%, respectivamente.
Antes de la pandemia, en
México por lo menos un
15% de la población adulta padecía algún trastorno mental, aunque solamente un
3% era atendido por un médico especialista. Tras la
pandemia esas cifras podrían triplicarse.
Los casos de trastorno mental en México representan el cuarto lugar, de hecho, el INEGI indica que un
29.9% de los habitantes mayores de
12 años sufren algún nivel de depresión ocasional, mientras que
12.4% los experimenta de manera frecuente.